En el Japón antiguo, se entrenaron a las mujeres así como a los hombres en el arte del Ninjutsu. Estas mujeres eran las equivalentes a los hombres llamados Ninja y se las llamó Kunoichi.
Las Kunoichi eran una mezcla de guerreras y espías. Además de luchar y utilizar toda clase de armas y venenos, se les enseñaba a utilizar el engaño para sacar partido de sus encantos de mujer en contra del enemigo.
A estas guerreras, se las preparó en psicología, manipulación personal, así como el entrenamiento físico de las artes marciales.
A menudo su tarea era la de infiltrarse en el terreno enemigo y llegar hasta alguno de sus jefes, a fin de obtener información ó bien de eliminarlo.
La Kunoichi era valorada como a un igual ante un Ninja, no existía discriminación por el sexo en el campo de batalla.
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